Consuelo para los Deprimidos
Hay consuelo para aquellos que están Deprimidos; hay esperanza y un mejor camino.
Ese camino es Dios, ábrele tu corazón y dile todas tus penas y todo tu pesar, que El te escuchará y comprenderá lo que tu alma y tu espíritu hoy siente.
Dios es mayor que nuestro corazón y conoce todas las cosas; sabe tus circunstancias y tus preocupaciones. Cuando crees que solo estás, no sabes que El contigo está.
Nuestro amoroso Padre Celestial, no sólo ve nuestros pecados y errores; sabe que hay circunstancias atenuantes, está enterado de nuestro curso de vida y nuestros motivos e intenciones.
También sabe que hemos heredado el pecado, la enfermedad y la muerte y por eso tenemos grandes limitaciones.
Dios se conduele de todo los que nos pasa, de nuestras situaciones deplorables y en despliegue de compasión toma en cuenta que somos débiles.
Dios es misericordioso y benévolo, tan lejos como está el naciente del poniente, así de lejos ha puesto de nosotros nuestras transgresiones.
Pues El conoce bien la forma de nuestro espíritu y de nuesta alma y se acuerda que somos polvo.
Verdaderamente nuestro Dios es un Dios misericordioso y nos extiende una invitación, de arrojar nuestras cargas y nuestros pesares sobre El.
Sin duda EL puede revivificar el corazón de los que sufren, por eso debemos pedirle a Dios en forma de Oración.
Por medio de la Oración, le podemos pedir por nuestras aflicciones y preocupaciones; darle todas nuestras inquietudes, porque El se interesa por nosotros como sus hijos.
Sí, mediante la Oración las personas pueden acercarse a Dios y disfrutar de la paz que sólo El sabe dar, y que supera todos los pensamientos y sentimientos.
No obstante el Deprimido puede hallar consuelo y esperanza en la lectura de la Palabra de Dios, que nos dará esperanza segura de que se eliminará permanentemente todas las enfermedades humanas del alma y del corazón.
Dios nos promete limpiar todas las lágrimas de nuestros ojos, sólo hay que abrirle nuestro corazón y dejarlo entrar, para así encontrar su amor y su paz. Aunque afligido yo y necesitado, Jehová pensará en mí. (Salmo 40:17)