Apocalipsis 22:7-9 (RVR1960)
!!He aquí, vengo pronto! Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de este libro.
Yo Juan soy el que oyó y vio estas cosas. Y después que las hube oído y visto, me postré para adorar a los pies del ángel que me mostraba estas cosas.
Pero él me dijo: Mira, no lo hagas; porque yo soy consiervo tuyo, de tus hermanos los profetas, y de los que guardan las palabras de este libro. Adora a Dios.
“Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero.
Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor “(1 Tesalonicenses 4:16-17).
¡Cuánta propensión tiene el hombre a colocar sus afectos en las cosas terrenales!
Su atención se concentra en sus casas y terrenos, y en esta forma descuida su deber hacia sus semejantes; su propia salvación es tratada como un asunto de poca importancia, y olvida los derechos que Dios tiene sobre él.
Los hombres se aferran a las riquezas terrenales tan tenazmente como si pudieran conservarlas para siempre.
Al parecer piensan que pueden utilizar sus recursos financieros en la forma como les plazca, independientemente de lo que el Señor ha ordenado y de las necesidades de su prójimo.
¿Sabía usted que Jesús le ama, y que murió en la cruz por sus pecados?
La Biblia dice, “De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito (Jesucristo), para que todo aquel que en él cree no se pierda, sino que tenga vida eterna.”
Jesús nació de una virgen; María, la cual antes que se casara fue visitada por un ángel que le dijo que daría a luz al Hijo de Dios, cuando ella le preguntó cómo eso podía suceder, el ángel respondió “El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra, por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios.”
Jesús es el Hijo de Dios, Él vivió una vida sin pecado y murió en la cruz para pagar por nuestros pecados. “Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.”
El profeta Isaías dijo de Jesús: “Mas él fue herido por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados. Por darnos la paz, cayó sobre él el castigo, y por su llaga fuimos nosotros curados.” Jesús pagó el precio de nuestros pecados para que pudiéramos ser perdonados y tener vida eterna.
Jesús resucitó de entre los muertos y ahora está en el cielo con Dios Padre, Jesús nos ofrece el regalo de la vida eterna, es decir, vivir por la eternidad con Él, si lo aceptamos como Señor y Salvador.
Dios se nos acerca con amor y quiere que seamos sus hijos. La biblia dice: “Mas a todos los que lo recibieron (a Jesús), a quienes creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios.” Usted puede pedirle a Jesús que le perdone sus pecados y que entre en su vida como su Señor y Salvador.
Jesús dijo “Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre sino por mí”. No tenemos otro camino, para lograr el perdón de Dios por nuestros pecados y la vida eterna.
No olvides:
- En Jesucristo tenemos salvación y Él es el único camino para llegar a Dios.
- Por su sacrificio en la cruz y su sangre derramada tenemos el perdón de nuestros pecados.
- Por su muerte y resurrección tenemos vida eterna.
- Por sus heridas tenemos sanidad para nuestras vidas.
- Usted necesita rendir su vida a Jesucristo y recibirle como su Salvador y Señor.