¡Vuélvete!
En cierta excursión de familias, en una zona de montañas, uno de los pequeños, se alejó del grupo. Sin darse cuenta los padres, en un parpadear, elNiño había desaparecido. Tal fue la desesperación, que empezó a buscarlo todo el grupo y a gritar su nombre. Oganizaron la búsqueda dividiéndose, para ir en varias direcciones y poder hallarlo.
El Guía del grupo sale por su lado, y por otro lado iban los Padres. El Guía mira hacia el borde del cerro, y distingue una pequeña figura, que camina en dirección al precipicio.
Le grita de inmediato al niño, “¡Por allí no! ¡Por allí no! (y le hace señas que regrese …)
Luego a ésto llegan los padres de otro grupo, y a coro le gritan al niño: “¡Por allí no!”
El pequeño perplejo y aturdido, no sabe si avanzar o retroceder. Da unos pasos adelante, y el corazón de todos se paraliza.
Nadie sabe qué hacer… ya que si van corriendo a buscarlo… el niño podría asustarse y también correr…y podría despeñarse al vacío…!
En eso llega el Padre del niño … y dice a todos: “¡Silencio! ¡Silencio!”
Simplemente, se arrodilla, abre los brazos, y con lágrimas llama al niño por su nombre.
Este, al ver los brazos abiertos de su Padre, entendió que lo estaba llamando… y corrió sin pensarlo a su encuentro a abrazarlo.
Ningún Consejo lo pudo hacer volver, sino sólo los “Brazos abiertos de su Padre”
¿Cuántas veces te han dicho que tienes que dejar tus Malos Caminos?
No has querido escuchar el Consejo de aquel Familiar o Amigo, que quería sólo tu bien. Te has endurecido, y vas caminando, de forma caprichosa al precipicio de tu vida. Dios que ve el peligro te dice: “¡Vuélvete! ¡Vuélvete! … ¡Porque morirás!”
El no quiere tu mal, sino tu bien. No quiere tu muerte, a pesar de la impiedad de tus pecados, sino que extiende sus brazos para hacerte volver.
Si muchas voces te han dicho que cambies y no haz hecho caso, al menos en este día escucha la Voz de Dios, que dice en su Palabra: “Que NO quiero la muerte del ímpio, sino que se Vuelva el ímpio de su camino, y que viva.”. {Ezequiel 18:23}
Dios mandó a su Hijo Jesucristo a morir en la Cruz por tus pecados.
EL es Aquel que “justifica al ímpio” si pone su Fé en EL, como el Salvador de su vida. (Romanos 4:5)
¿Hacia dónde vas Caminando hoy?
Date la vuelta, y camina hacia la Cruz del Calvario, y vé a tu Salvador con los brazos abiertos, de Amor por tí. Y … hallarás el perdón que tu Alma necesita.
¡Vuélvete!
Deje el ímpio su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos;
y Vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia,
y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar.
{Isaías 55:7}