Cimientos Sacudidos
15/10/2013 – Sueño De Annie (Puerto Rico)
Hermanos, Dios les bendiga. Yo no había publicado este sueño porque le pedía a Dios la Revelación. Cada vez que trataba de escribirlo algo me lo impedía y yo decía Espíritu Santo: “Sea cuando tú lo digas” y me detenía. Yo le conté el sueño a mi Pastora, ella me escuchó, pero no le dió importancia, pero ésta vez siento en el Espíritu que tengo que hablar.
Me encontraba en mi pueblo, de pronto veo a mi sobrino llamando a mi hermana, diciéndole que tiene sed, pero no había agua.
Yo llamo a mi hermana y le digo: “¡Dile a Marvin (es el nombre de mi sobrino) que venga!, que en el patio hay unas cuantas botellas de agua”. Él llega y se dobla a tomar una de las botellas y cuando yo miro le digo: “Marvin, hay un ángel atrás de ti”, como no me escuchaba yo le seguía gritando y me iba acercando y según me acercaba fui mirando y le dije al ser que vi: “pero si tú no eres un ángel, eres uno de los discípulos de Jesús” (lo vi bien claro, tenía tez trigueña, ojos obscuros, pelo negro y rizado, vestido como vestían en el tiempo de Jesús).
Yo lo miraba y él se iba echando hacia atrás y me dice: “Mira” y fue cuando como si estuviera proyectándome una película y cuando miré, vi unas piedras angulares, algunas eran bien altas, como del alto de edificios, otras medianas… “¿Y porqué diferentes tamaños?” yo le dije, “¿Qué es eso?, no entiendo qué significan esas piedras?”. Y él me dijo “Mira”, y cuando volteo y miro, veo cimiento de las piedras y allí veo cosas grotescas, como demonios y cosas repugnantes.
Vuelvo y le repito: “Señor, no entiendo” y me dijo: “…Algunas son enormes porque son Iglesias. Y lo que está en los cimientos es todo el mal que han dejado entrar.
Pero mira lo que voy a hacer con todas ellas; esto es lo que les va a pasar…”
Fue entonces fue cuando vi esta ola enorme que se levantó y se las llevó al fondo y las destruyó. Cuando yo vi todo eso yo comencé a correr y de pronto me encuentro en San Juan, en la 65 Infantería; estaba todo obscuro.
De pronto miro para el Centro Comercial y veo un camión de la Armada y se bajan unas personas armadas y comienzan a disparar; yo comencé a orar y decía: “Señor, tu palabra dice que caerán mil y diez mil a mi diestra, mas a mi no me tocarán”.
Vi con los ojos cerrados y repetía la oración; cuando abro los ojos veo que pasan por de lado sin verme, y yo dije: “Gracias Señor porque tu palabra es fiel”.
De ahí corrí a mi Iglesia y le dije a mi Pastor que tenía que se ocultase porque nos estaban persiguiendo y él me dijo: “Tranquila hija, Dios nos cuida”.
Le dije que no prendan luz para que no nos descubrieran, en eso salgo corriendo; y llego a mi pueblo nuevamente y cuando entro veo una fila larga de personas esperando que le den alimento. Según iban preparando, lo iban dando en raciones y dije: “¡Dios mío, todo esto va a pasar”, yo decía: “¡Señor, dame el tiempo en que tenga que dar a conocerlo!”, y lo sentí en mi corazón, le pedía al Espíritu Santo que me diera Revelación de todo lo que me mostró. Dios les bendiga.