La Gran Tribulación iniciará en 2015, defiende un Judío Teólogo
Mark Biltz, es un teólogo, pastor y estudioso de las profecías, afirma que hay señales claras en los cielos y en la Tierra que indican que la “gran tribulación” se iniciará en 2015. Para él, la aparición de la “primera luna de sangre” en la pasada Pascua de este año, marcó el inicio del proceso.
Desde 2008 él ha estado haciendo lo que él llama “alerta para la iglesia” a través de las cuatro lunas de sangre en fechas proféticas entre 2014 y 2015.
Biltz es de origen judío ha pasado años estudiando las profecías sobre el Sol y la Luna desde el Génesis, donde la Biblia establece que las luces en el cielo servirían de “señales para las estaciones del año”.
“El término hebreo implica que no es sólo una señal, sino una señal de su venida”, explica. Biltz, añade que la palabra traducida como “estaciones” tiene el sentido de “tiempo determinado”, lo que implica la celebración de las fiestas establecidas por Dios en el Antiguo Testamento y que siguen el calendario lunar adoptado por los judíos.
“Los eventos ahora están fuera de control”, dijo él en un artículo para el sitio WND. Una lista de estos “eventos” incluye ataques contra los cristianos por parte de musulmanes radicales como Estado Islámico y Boko Haram. También menciona el brote de Ébola en África, que afecta a por lo menos cinco países y amenaza con convertirse en una epidemia continental.
Aunque con menos espacio en los medios de comunicación, los ataques terroristas en Jerusalén han crecido de manera exponencial en los últimos meses, de acuerdo con el Shabak (Servicio de Seguridad de Israel).
Con un estudio sobre los terremotos, se demostró el aumento de temblores que han llegado a más de 6 puntos en la escala de Richter. Han ocurrido 116 terremotos este año, 70 de ellos desde la primera luna de sangre. Es decir, en el 2014 han ocurrido más de cuatro veces un promedio que se compara con los grandes terremotos en la última década.
Biltz, no tiene ninguna duda de que son “los dolores de parto de la Venida del Mesías”. Para el estudioso, estamos viviendo el reloj profético y los días del calendario profético. Además de las llamadas “Lunas de Sangre”, él cree que durante Rosh Hashaná (año nuevo judaico en 25/9) iniciará en Israel un nuevo “shemitá”-Sabático-.
El Shemitá es el séptimo año del ciclo de siete años cuando la tierra de Israel tenía que descansar, siendo un año de reposición económica para el sistema financiero judío. Desde el Génesis, Dios trabaja en ciclos relacionados con los siete días de la creación. Hay una semana de siete días, con el sábado para descansar. El ciclo de siete años es conocido como Shemitá y el ciclo de siete shemitás, totalizando 49 años, que termina en el año del Jubileo.
Aunque discutido por muchos, los estudios de Biltz comprueban que no es una coincidencia que el Rosh Hashaná en el año 2001 y 2008, ocurriera caídas drásticas en el mercado de valores estadounidense. Esto generó la crisis financiera en todo el mundo.
Mark Biltz recuerda que la mayoría de los teólogos están de acuerdo en que la “gran tribulación” tendrá una duración de siete años. Él cree que hay un ciclo profético de shemitá que perdura desde hace siglos.
Así que la tribulación será uno de esos ciclos de siete años. Según sus cuentas, el próximo Rosh Hashaná tiene “enormes implicaciones proféticas”, porque cierra uno de estos ciclos. Aunque admite que es imposible afirmar la tribulación profetizada en la Biblia comenzará en 2015, comprende que el reloj ordenado por Dios se puede ver desde las señales en la tierra y en el cielo.
Por lo tanto, el fenómeno llamado “superluna de sangre” aparecerá por primera vez en la historia de Jerusalén, en el séptimo mes del calendario bíblico, e incluso al final del séptimo año de un ciclo así que no puede ser sólo una “coincidencia”. En el libro que escribió sobre el tema, se hace una lista de estas señales.
La principal fecha profética el día que cumple 70 años de Independencia en Israel (14 de mayo 2018), se marca el renacimiento de la nación. Jesús, dijo que no pasaría de una generación (70 años) para que ocurriera el cumplimiento de las profecías de su regreso (Lucas 21:30 al 32)