Tienda de la Verdad
El HOMBRE caminaba paseando por aquellas pequeñas callecitas de la ciudad provinciana. Tenía tiempo y entonces se detenía en cada vidriera, en cada negocio, en cada plaza. Al dar vuelta una esquina, se encontró de pronto frente a un modesto local cuya marquesina estaba en blanco, intrigado se acercó a la vidriera y arrimó la…