El Trabajo
La reja de un Arado había permanecido largo tiempo en reposo. Se encontraba completamente cubierta de moho.
Un atardecer vió pasar a una hermana suya. Volvió de la huerta, después de haber trabajado todo el día. Su aspecto era radiante.
“¿Por qué” – le dijo “si fuimos forjadas por las mismas manos y del mismo metal, yo estoy mohosa y tú limpia y brillante? Dime, hermana, ¿Cómo has logrado este aspecto tan hermoso, mientras yo me consumo?”.
“Trabajando”.
Así que, hermanos míos amados, estad firmes y Constantes, creciendo en la Obra Del Señor siempre, Sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano.
(1 Corintios 15:58)