Israel reconoce oficialmente idioma arameo, la lengua que hablaba Jesús.
Durante su visita a Tierra Santa el pasado mes de mayo, el Papa Francisco y el Primer Ministro israelí Benjamin Netanyahu, fueron protagonistas de un intercambio de bromas sobre el idioma que hablaba Jesús. “Jesús vivió aquí, hablaba hebreo”, dijo Netanyahu. “¡Arameo!”, le interrumpió Francisco, y Netanyahu precisó: “Hablaba arameo pero conocía el hebreo porque leía las Escrituras”.
Se llama Yacov, es ciudadano del Estado de Israel, tiene dos años de vida, vive con los suyos en las suaves colinas de Galilea, y sobre él “pesa” por así decirlo un hecho excepcional: es el primer israelí en ser registrado legalmente en arameo, la lengua que hablaba Jesús. Se trata de una gran victoria de pocas personas, unos centenares, cristianos israelíes, que desde hace muchos años luchaban porque se reconociera a todos los efectos su lengua milenaria.
Ahora, estas personas pueden cambiar varios epígrafes de sus documentos de identidad, incluida su “clasificación étnica”, ya no “árabe” sino “aramea”. La casi totalidad de estos cristianos hoy oficialmente arameos reside en el pueblo de Jish y pertenecen a la Iglesia maronita que obedece al Patriarcado libanés.
Comentando la decisión de las autoridades israelíes, que tuvo lugar el pasado mes de octubre, pero a la que no se dio mucha publicidad (quizás para evitar protestas y críticas por parte de sectores ultras) Shadi Khalloul, un ex capitán del ejército israelí, líder de la “Asociación arameo cristiana de Israel”, padre de Yacov, observó: “Para nosotros es una cuestión espiritual y ahora yo y todos nosotros nos sentimos iguales a los demás: judíos, árabes, circasianos, drusos, …”
Los habitantes de Jish – unos 3.000 – hace unos días, cuando el Ministro del Interior, Gidon Saar, presidió la ceremonia que sancionó la decisión del Gobierno, acogieron con satisfacción sus palabras, que tienen para ellos un “significado histórico”: el Ministro reconoció que la etnia aramea durante siglos ha sufrido por causa de las persecuciones, de las discriminaciones y de la opresión: “nosotros los judíos, precisamente por serlo, tenemos el deber de proteger a esta minoría y permitir que siga conservando su cultura y patrimonio”.
El arameo, lengua semita, que se habla en poquísimos lugares de Oriente Medio, en particular en Israel y Siria (Maalula, Jabadin y Bakha), fue gradualmente sustituido por el árabe con las conquistas árabes del siglo VII. Quizás la decisión israelí llega en el momento justo, pues el arameo es uno de los 6.000 idiomas en vías de extinción. El arameo, aparte de hablarse en Galilea en tiempos de Jesús, es la lengua en la que se escribieron originalmente el Talmud y parte del Libro de Daniel y del de Esdrás.