Papi te Amo
Cuando pienso que DIOS me ha abandonado en situaciones difíciles me acuerdo de esta carta que escribió un PADRE a su HIJA.
Mi Querida Bristol:
Antes que nacieras, Oré por tí. En mi corazón yo sabía que serías un pequeño ángel. Y lo fuiste. Cuando naciste, en el mismo día de mi Cumpleaños, el 7 de abril, fue evidente que eras un regalo especial enviado por Dios. Pero, ¡Qué regalo más maravilloso llegaste a ser!, más que tus hermosos balbuceos y tus mejillas rosadas, más que el gozo indecible de que fueras nuestra primogénita, más que ninguna otra cosa en toda la creación, me mostraste el AMOR DE DIOS. Bristol, tú me enseñaste a amar.
Por supuesto, te amé cuando eras muy delicada y linda, cuando te diste vuelta y te sentaste balbuceando tus primeras palabras. Te amé cuando sentimos el agudo dolor de saber que algo andaba mal, que tal vez no estabas desarrollándote tan rápido como los demás niños de tu edad, y también te amé cuando supimos que lo que te
sucedía era más serio que eso.
Te amé cuando supimos de un Médico a otro y de hospital en hospital, tratando de encontrar un diagnóstico que nos diera alguna esperanza. Y, desde luego, siempre oramos por tí incesantemente.
Te amé cuando uno de los exámenes produjo que te extrajeran demasiado fluído espinal y te pusiste a gritar. Te amé cuando llorabas y gemías, cuando tu Mamá, tus Hermanas y yo ibamos por horas en el auto para ayudarte a que te pusieras a dormir. Te amé, con mis ojos llenos de lágrimas, cuando, confusa, te mordías involuntariamente los dedos y el labio, y cuando te pusiste bizca y luego te quedaste ciega.
Naturalmente, te amé cuando ya no podías hablar, pero ¡Cómo extrañé no oir más tu voz!. Te amé cuando la “Escoliosis” comenzó a torcer tu cuerpo como si fuera una s, cuando pusimos un tubo dentro de tu estómago para que pudieras comer porque te ahogabas con la comida que te dábamos por cucharadas, tardándonos hasta dos horas en cada comida.
Pude amarte cuando tus miembros retorcidos me impedían que fácilmente te cambiara los pañales sucios. ¡Cuántos pañales! Diez años cambiándote pañales. Bristol, incluso te amé cuando ya no podías decir las palabras que más anhelaba oír en esta vida: ¡PAPI, TE AMO!, Bristol, te amé cuando me sentía cerca de Dios, y cuando él parecía estar muy lejos de mí, cuando estaba lleno de FE y también cuando estaba enojado con él.
Y la razón por la que te amé, mi Bristol, a pesar de todas estas dificultades, fue que Dios puso su AMOR en mi corazón. Esta es la maravillosa naturaleza del Amor de Dios, que él nos ama cuando estamos ciegos, sordos, o torcidos, en nuestro cuerpo o en nuestro espíritu. Dios nos Ama aún cuando no podemos decirle a él que también le amamos.
Mi Querida Bristol, ¡AHORA ESTAS LIBRE! Y espero ansiosamente ese día cuando, de acuerdo con las Promesas de Dios, nos reuniremos tú y yo con el Señor, completamente libres de Imperfecciones y llenos de Gozo. Estoy tan contento de que tú recibiste tu CORONA antes que nosotros. Un día te seguiremos, cuando él así lo quiera.
Antes que nacieras, Oré por tí. En mi corazón sabía que serías un pequeño ángel. ¡Y lo fuiste!. TE AMA, PAPA.
A veces pienso que no estás conmigo SEÑOR, a veces peleo contigo porque no veo que llegue Bendición a mi Vida, a veces hasta se me ocurre pensar que no eres sincero cuando me has dicho tantas veces “TE AMO”, pero siempre Señor al final tu FIDELIDAD es más grande de lo que yo puedo imaginar. Siempre Señor al final me doy cuenta que has estado allí todo el tiempo, llorando y riendo conmigo. Gracias Señor porque aunque no te vea, sé que allí estás, ayudando y esforzando a tu hijo.
le dijo Jesus: yo soy la resurreccion y la vida; el que cree en mi, aunque este muerto, vivira.
y todo aquel que vive y cree en mi, no morira eternamente.
¿Crees ésto? (San Juan 11:25-26)