Tu esfuerzo no lo paga
el jornal que te ganas.
Ser Maestro o Maestra
es quehacer Misionero
y quehaceres así,
no los compra el dinero.
Tu mayor recompensa
cuando ya peines canas,
estará en ver de nuevo
unas canas lejanas,
que aprendieron contigo
a forjar el mañana.
Maestro de mi patria,
permite que te diga
que el Supremo Maestro
tus desvelos bendiga.
¡Maestro siéntete orgulloso de tu misión!