Oración del Padre
SEÑOR, quiero pedirte PERDON por mi PECADO DE OMISION. Hoy pude haber visitado a un enfermo y no lo hice; pude haber pedido por los hambrientos y no lo hice; pude haber hecho una Oración por los envejecientes y no lo hice; de los reclusos no recordé su soledad y olvidé pedir para que ésta fuera llenada con Tu inmenso AMOR. ¡Perdón, Señor, perdón!
Mira, Señor, hoy no fui quien para decirle a mi MADRE, “¡TE AMO!”, “¡TE QUIERO!”, por haber sido la gran madre que has sido conmigo y mis hermanos. No lo hice, no le hice una caricia, no me detuve a mirarla con AMOR, ni siquiera la miré. Es acaso que ya no está o soy yo quien no está. Mi mente no puede recrear su rostro al no saber a qué se parece, porque nunca me detuve a mirarla; a mirar su alegría, su pena, su dolor, su preocupación o su satisfacción cuando a mí o a uno de mis hermanos nos salían las cosas bien o mal.
Mi FAMILIA, ¿Cómo la veo? ¿Acaso como una carga, como una obligación de la cual creo que me estoy cansando? ¿Como una responsabilidad de sustento, o simplemente un lugar dónde puedo llegar y dar órdenes con la seguridad que me van a obedecer? ¿Es eso una Familia? No, sé que no. Mi Familia debe ser un cónyuge a quien amar, con quien compartir todos mis momentos presentes y ausentes del hogar. Unos hijos a quienes enseñar el CAMINO HACIA DIOS. Que sientan que tienen un amigo en quien confiar, que vean al AMIGO-PADRE, y no al ogro que llega de trabajar a impartir reglas rígidas.
Seré el padre que sé ABRAZAR y BESAR en el día de hoy. ¿Le abrazaré o le pediré PERDON por no haber estado presente en esa actividad tan importante para él?
¡Señor, enséñame para que pueda ser un VERDADERO SER HUMANO!