JESUS nos enseñó a Orar así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu Reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. El Pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos metas en Tentación, más líbranos del mal; porque tuyo es el Reino, y el Poder, y la Gloria, por todos los Siglos. Amén. (Mateo 6:9}
NO DEBEMOS DECIR: “PADRE”; si no nos comportamos como hijos.
NO DEBEMOS DECIR: “NUESTRO”; si vivimos aislados en nuestro egoísmo.
NO DEBEMOS DECIR: “QUE ESTAS EN LOS CIELOS”; si sólo buscamos las cosas terrenas.
NO DEBEMOS DECIR: “SANTIFICADO SEA TU NOMBRE”; si no lo honramos.
NO DEBEMOS DECIR: “VENGA TU REINO”; si sólo deseamos el éxito económico y material.
NO DEBEMOS DECIR: “HAGASE TU VOLUNTAD”; si no la aceptamos cuando es dolorosa y difícil.
NO DEBEMOS DECIR: “DANOS HOY EL PAN NUESTRO DE CADA DIA”; si no nos preocupamos por la gente con hambre, por los necesitados de vivienda y de tantos hermanos que viven en el mundo en la miseria absoluta.
NO DEBEMOS DECIR: “PERDONA NUESTRAS DEUDAS”; si no perdonamos a todos aquellos que nos deben algo y verdaderamente no pueden pagarlo, o si guardamos algún Rencor a nuestro prójimo.
NO DEBEMOS DECIR: “NO NOS METAS EN TENTACION”; si no tenemos intención de dominar nuestras pasiones desordenadas, nuestra envidia y la soberbia.
NO DEBEMOS DECIR: “MAS LIBRANOS DEL MAL”; si somos indiferentes y no hay una lucha continua para hacer el bien.
NO DEBEMOS DECIR: “PORQUE TUYO ES EL REINO, Y EL PODER, Y LA GLORIA, POR TODOS LOS SIGLOS”; si no confesamos que CRISTO es digno de tomar el Poder, las Riquezas, la Sabiduría, la Fortaleza, la Honra, la Gloria y la Alabanza.
NO DEBEMOS DECIR: “AMEN”; si no hemos entendido o no tomamos en serio la Oración que el DIVINO MAESTRO nos enseñó.