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En las manos del alfarero
Dejandote amoldar
Los antiguos alfareros en los tiempos bíblicos, tomaban el barro casi como piedras y lo ponían en una especie de fuente y después ellos se paraban y comenzaban a “pisarlo”, después lo “trituraban” completamente hasta que pudiera ser maleable (que pueda moldearse y usarse).
El barro es una mezcla que resulta de la unión de tierra agua.
El lugar donde trabajaba el alfarero se llamaba “campo del alfarero”(mateo 27:7). La vasija se hacía a mano trabajando sobre una “rueda” que se hacía “girar” moviendo un pedal con el pie o haciéndolo un ayudante (jeremías 18:3-6).
Si el barro conserva la humedad es fácil manejarlo, pero si el agua se evapora, el residuales arenoso. Es tarea difícil edificar algo sobre la arena y lograr que perdure. Luego se dejaba “secar” y se le introducía en el “horno”.
Perfecto alfarero
Palabra de jehová que vino a jeremias, diciendo: “levántate y vete a casa del alfarero (iglesia), y allí te haré oir mis palabras (biblia)”.
Y descendí a casa del alfarero, y he aquí que el (tipología de dios) trabajaba sobre la rueda (experiencias vividas).
Y la vasija de barro (vidas humanas) que él hacía (dispuesto a meter las manos en el barro) se echó a perder en su mano; (apartados, rebeldes, tipo de mundo; pecado).
Y volvio y la hizo otra vasija, (quebrantamiento, triturar áreas de tu vida, arrepentimiento, transformación; vasija útil), según le pareció mejor hacerla (santa, pura).
Entonces vino a mí palabra de jehová diciendo: “¿no podré yo hacer de vosotros como este alfarero, oh casa de israel? Dice jehová.
He aquí como el barro en la mano del alfarero, así sois vosotros en mi mano, oh casa de israel.” (jer. 18:1-6). * el alfarero no boto la masa de barro, va “puliendo” la superficie para quitar las asperezas (manchas del pecado) para someterla al “horno de fuego” (prueba, perfeccionar la vasija).
Si nos ponemos en sus manos seremos una vasija nueva, listas para que la excelencia del poder sea de dios, y no de nosotros.
He aquí que como el barro en la mano del alfarero, asi sois vosotros en mi mano, oh casa de israel. (jeremías 18:6)
¿dirá el barro al que lo labra: ¿qué haces? (isaías 45:9)
Ahora pués, jehová, tú eres nuestro padre; nosotros barro, y tú el que nos formaste; así que obra de tus manos somos todos nosotros. (isaías 64:8)