LA NUEVA JERUSALEN
DIMENSIONES DE LA NUEVA JERUSALEN
Las dimensiones de la NUEVA JERUSALEN son como de unos 2,400 kilómetros (1.500 millas) de cada LADO, LONGITUD, ANCHURA y ALTURA.
La ciudad se halla establecida en cuadro, y su longitud es igual a su anchura; y él midió la ciudad con la caña, 12,000 estadios; la longitud, la altura y la anchura de ella son iguales.
Y midió su muro, 144 codos, medida de hombre, la cual es de ángel.
Si la Nueva Jerusalén estuviera presente ocuparía dos terceras (2/3) partes de los ESTADOS UNIDOS continentales, extendiéndose de Maine a Florida, y desde la Costa Americana hasta 1,000 kilómetros del Río Mississippi, extendiéndose adentro de los Estados de Nebraska y Kansas.
Existen diferencias de opinión acerca de la forma exacta de la ciudad eterna. David Cooper pensaba que la ciudad sería un cubo tal como se presenta abajo.
El aspecto vertical refleja la armonía entre cielo y tierra durante esta era.
Jesús dijo a sus discípulos, en Juan 14:2-3, que se iba al cielo para preparar un lugar para los creyentes. Parece que este lugar que está preparando es la JERUSALEN CELESTIAL.
La Nueva Jerusalén será una ciudad celestial durante toda la Eternidad, en cuanto a que su origen es celestial, en lugar de haber sido edificada sobre esta tierra.
Sin embargo, será terrenal en cuanto a que será física y geográfica.
Será la parte terrenal de los Nuevos Cielos y de la Nueva Tierra, que reemplazarán a los actuales cielos y tierra después de la destrucción por fuego. (2 Pedro 3:10), la nueva ciudad descenderá de los cielos (Apocalipsis 21:1-3).
Apocalipsis 21-22 es muy específico y detallado acerca de la ciudad, de sus habitantes y de la bienaventuranzas del estado eterno.
*”En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os hubiera dicho; voy pués, a preparar lugar para vosotros.
Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez y os tomaré a mí mismo para que donde yo estoy vosotros también estéis”. (Juan 14:2-3)
*”Porque esperaba (Abraham) la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios”. (Hebreos 11:10).
*”Pero anhelaban una mejor, esto es, celestial; por lo cual Dios no se avergüenza de llamarse Dios de ellos, porque les ha preparado una ciudad”. (Hebreos 11:16).
POR ESTOS VERSICULOS PODEMOS INFERIR:
A. En el cielo hay una gran ciudad.
B. Esa ciudad está habitada por Cristo y por sus Santos.
C. La misma es un estado intermedio entre ahora y la eternidad.
D. Abraham tuvo la revelación de que dicha ciudad celestial existía.
E. Es una ciudad con fundamentos, por lo tanto, Dios la ha de remover del cielo.
F. Es única en su diseño y construcción.
Jesús mismo le puso nombre a esta ciudad eterna “… y escribiré sobre él el nombre de mi Dios y el nombre de la ciudad de mi Dios, la NUEVA JERUSALEN, la cual, desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo. (Apocalipsis 3:12).
Verso 9: “Vino entonces a mí uno de los 7 ángeles que tenían las siete Copas llenas de las 7 Plagas Postreras, y habló conmigo, diciendo: Ven acá, yo te mostraré la desposada, la esposa del Cordero”.
Los ángeles, en el cielo, aunque se parecen, se pueden distinguir. Juan no tuvo ningún problema en identificar a este ángel que anteriormente ya había visto.
Es posible que este ángel sea el mismo que le mostró a Juan la visión de la Gran Ramera. En Apocalipsis 17:1 leemos:
“Vino entonces uno de los siete ángeles que tenían las siete copas y habló conmigo, diciéndome:
“Ven acá y te mostraré la sentencia contra la GRAN RAMERA, la que está sentada sobre muchas aguas”.
La ciudad se describe como “desposada” y como “esposa”.
El griego cita “numphen” y “gunaika”. Entre los judíos la idea de novia y esposa estaba asociada.
Una doncella comprometida era novia y esposa; aunque todavía no se hubiera unido a vivir con su marido, conforme a la costumbre de esos días ya estaba formalmente comprometida.
En un sentido espiritual estos títulos designan a la Iglesia de Cristo, la cual está ahora desposada con EL, pero llegará el día cuando se unirá a El para siempre, unión que se ha de perpetuar en la Nueva Jerusalen.
Verso 10: “Y me llevó en el Espíritu a un monte grande y alto y me mostró la gran ciudad santa de Jerusalén, que descendía del cielo, de Dios”.
Juan cae en el estado de un éxtasis espiritual para que pueda ser receptor de la visión que el ángel le muestra de la Nueva Jerusalén.
El Profeta Ezequiel, en el capítulo 40 y en el versículo 2, tuvo una experiencia similar: En visiones de Dios me llevó sobre un monte muy alto, sobre el cual había un edificio parecido a una gran ciudad, hacia la parte Sur”.
La Jerusalén terrenal fue llamada “SODOMA y EGIPTO” en Apocalipsis 11:8. Por el contrario, a la Jerusalén celestial se le denomina como “la gran ciudad santa”. Es santa por su origen, su procedencia y sus habitantes.
Apocalipsis 21:2 y 21:10 describen un mismo evento o suceso.
No es que la Nueva Jerusalén vaya a descender dos veces sobre la tierra. Su descenso será uno, cuando la tierra sea renovada y purificada.
El Milenio de la Nueva Jerusalen estará suspendida sobre el espacio, y que los santos glorificados podrán trasladarse a la misma.
La manera como Juan describió la Nueva Jerusalén como de ORO PURO, semejante al vidrio limpio es en el sentido literal, tangible, algo real. Verso 11: “Teniendo la gloria de Dios. Y su fulgor era semejante al de una piedra preciosísima, como piedra de jaspe, diáfana como el cristal.
La palabra griega que se traduce a “gloria”” es “doxa”. La misma se emplea 129 veces en los originales.
En muchos pasajes se usa en el sentido de alabanza (Lucas 17:18;; 19:38; Juan 5:41, 44; Hechos 12:23; Romanos 2:7, 4:20); en otros, en relación con la majestad (Mateo 4:8; 6:29, 19:28; Marcos 8:38, 10:37) y están aquellos pasajes que indican la presencia de Dios (Juan 1:14, 2:11; Juan 17:24).
La gloria de Dios en la Nueva Jerusalén se refiere a la presencia divina en la misma y a la majestuosidad que la misma revela.
La palabra “fulgor” en griego “phoster” es traducida en otras versiones: “resplandor”, “brillo”, “brillaba”, “luz”.
El resplandor de la Nueva Jerusalén es comparado al de una piedra preciosísima. En este caso el Jaspe. Notemos que la palabra griega para “Jaspe” es “iaspis”.
La misma se emplea 4 veces en los originales (Apocalipsis 4:3, 21:11, 18, 19). La piedra de jaspe conocida por nosotros es oscura, en cambio el jaspe de los días del Apóstol Juan era una piedra brillante.
La palabra “JASPE” en la antigüedad, no se limita al tipo de piedra que hoy llamamos así, sino que podía designar cualquier piedra preciosa transparente. Posiblemente, este JASPE era como un diamante.
CONSTRUCCION DE LA NUEVA JERUSALEN
En la antigüedad las ciudades eran construidas dentro de un muro que le servía para la defensa de la misma.
Estos muros estaban provistos de puertas que a veces se localizaban en cada uno de los extremos de los cuatro muros, que si eran un solo muro cuadrado.
La Nueva Jerusalen no tendrá una puerta o entrada principal, sino 12 puertas, para todos los creyentes.
En cada una de las puertas habrá un ángel como portero. Tanto el muro como la presencia angelical indican la seguridad permanente y eterna de la ciudad de Dios.
La mención de las 12 Tribus de Israel asocian a esta ciudad con las promesas y los planes de Dios para con su pueblo Israel. Estos nombres están mencionados en Ezequiel 48:31-33.
Los nombres de las 12 TRIBUS y los de los 12 APOSTOLES unifican el plan testamentario de Dios para el Antiguo Testamento, así como el Nuevo Testamento.
La ciudad de Dios da acomodo a ambos grupos, Israel y a la Iglesia (representada por los Apóstoles). La distinción entre ambos grupos, Israel y la Iglesia, está acentuada en la eternidad, aunque en el plan de la redención sean un solo grupo.
A los fundamentos de la Nueva Jerusalén se había referidco el autor de la Epístola o libro a los Hebreos cuyo arquitecto y constructor es Dios. (Hebreos 11:10).
El hecho de que en los 12 fundamentos estén escritos los nombres de los 12 Apóstoles (excluyendo a Judas y poniendo a Matías – Hechos 1:26), es un recordatorio que fue sobre el fundamento apostólico que se construyó la teología de la Iglesia. (Efesios 2:20-22).
Sobre el número 12, aparece en el Nuevo Testamento 75 veces, de ellas 23, en el Apocalipsis quiere designar la elección del pueblo de Dios, en el que se funden tanto el antiguo como el nuevo Israel.
El número “12” es el número de la elección divina, y la grandeza imponente y la consistencia sólida del pueblo elegido por Dioss; es el número que hace intuir lo metódico del obrar divino, la rectitud de sus planes y el éxito pleno, indiscutible, obtenido por Dios en la historia.
La palabra “cimiento” significa “base”, “piedra”.
Los cimientos de los edificios terrenales se esconden debajo de la corteza de la tierra, no gozan de atractivo.
Los cimientos de la Nueva Jerusalén están expuestos a la vista de todos. Cuán diferente es esta ciudad a todas las ciudades construidas por los hombres.
Si levantamos todos los edificios y viviendas de Nueva York o de cualquier otra megápoli, los mismos se desintegrarían.
Cada construcción es mantenida por sus propios cimientos y no la ciudad. La Nueva Jerusalén es totalmente diferente, es una ciudad integrada y permanente, con fundamentos debajo de ella.
No está construida sobre el aire, tiene su base. Esos fundamentos se posarán sobre la faz de este planeta restaurado.
MEDIDAS DE LA NUEVA JERUSALEN
En la visión que Juan tuvo del templo judío que será restaurado para ser utilizado durante la primera mitad de la Semana 70 de Daniel, se le ordenó al Profeta de Patmos medir el Templo, el Altar y a los Adoradores.
Es el ángel que habló con Juan (Apocalipsis 21:9) anteriormente, el que se encargará de medir la Nueva Jerusalén. Esta imagen del ángel con la caña de medir me recuerda la experiencia del Profeta Ezequiel (Ezequiel 40: 2-3).
La palabra “Caña” no se debe tomar en el sentido que la conocemos hoy en día. Para los hebreos era una medida de longitud de “6 codos”, teniendo en nuestro sistema métrico un equivalente de 3 metros. Sobre este particular léase (Ezequiel 40:5)
La palabra griega para “cuadro” es “tetragonos”. Muchas ciudades antiguas tuvieron la forma de cuadrado. Las ciudades de Babilonia y Nínive fueron cuadradass según el testimonio de Herodoto y Diodoro Siculo. La Nueva Jerusalén, más que ser una ciudad cuadrada, es un CUBO en su diseño. Los griegos llegaron a considerar todo lo que era cúbico como símbolo de la perfección. A los hombres perfectos se les llamaba en GRECIA, “cúbicos”.
El diseño de tetrágono se hace evidente en lo relacionado con la liturgia vetero-testamentaria. (Exodo 27:1; Exodo 28:15-16 y 1 Reyes 6:20).
La medida de la Nueva Jerusalén es “12,000 estadios” por todos sus lados. El “estadio” es una medida griega de “longitud”. Para nosotros tiene, en la actualidad, un equivalente de 180 metros. En el estadio de 185 metros, lo cual, al ser multiplicado por 12,000 estadios, da unos 2,220 kilómetros, en millas sería 1,500. La Nueva Jerusalén será una ciudad con una extensión territorial de 1,500 millas en su perímetro.
Los muros de la Nueva Jerusalén miden unos 65 metros de altura. Los muros presentan cierta desproporción al ser comparados con la altura de la ciudad. Esto indica que el propósito de los mismos no es proteger la ciudad de Dios, sino que indican que la misma está protegida por Dios mismo. En las antiguas ciudades los muros garantizaban la “seguridad y protección” de la ciudad y de sus habitantes. Los habitantes de la ciudad eterna no tendrán enemigos que la invadan, sólo los redimidos vivirán en ellas.
MATERIAL DE LA NUEVA JERUSALEN
Los cimientos de la Nueva Jerusalen eran 12 piedras preciosas (jaspe, zafiro, ágata, esmeralda, ónice, cornalina, crisólito, berilo, topacio, crisoprasa, jacinto y amatista – Apocalipsis :19-20). La palabra griega para “adornados” es “kosmeo”, la misma toma su etimología la palabra castellana “cosmetología” o “cosmético”. Estos dos últimos términos se relacionan con las substancias empleadas para hermosear la tez o el rostro.
LISTA DE LOS COLORES QUE CORRESPONDEN A LAS 12 PIEDRAS PRECIOSAS:
a. JASPE = es como el color oro en apariencia, combinado con la claridad del Cristal.
b. ZAFIRO = su color es Azul.
c. AGATA = se Azul claro, con otros colores mezclados.
d. ESMERALDA = de un color Verde brillante.
e. ONICE = una piedra Azul y Blanca.
f. CORNALINA = de color Rojiza o Miel.
g. CRISOLITO = color Oro.
h. BERIULO = color Verde mar
i. TOPACIO = es Verde Amarillo
j. CRISOPAPO = variación de Verde
k. JACINTO = color Violeta
l. AMATISTA = Púrpura
La palabra griega para “perla” es “margarites”. De ahí se deriva el nombre Margarita o Margaret en inglés. En el latín se traduce en vez de perla “margaritae” o “margaritis”.
La Perla, en la antigüedad, era la piedra más costosa. Estas “12 perlas” representan la “belleza” y el “esplendor universal” de la Ciudad de Dios. El tamaño de estas perlas-puertas escapa a nuestra imaginación humana.
La palabra griega para “calle” es “plateia” y de esta última toma raíz etimológica la palabra castellana “plaza”. Esta gran calle celestial construida en la Nueva Jerusalén es de “Oro puro”. De un oro que se puede ver a través del mismo.
EL NUEVO TEMPLO
Los antiguos españoles acostumbraban construir los pueblos alrededor de los templos. En nuestros países de latinoamérica el templo católico se constituía en el centro, desde el cual se comenzaba a formar la comunidad urbana. En la Nueva Jerusalén el centro de la misma no es el templo, sino Dios mismo.
El templo es visto en el Antiguo Testamento y en los evangelioss como el centro de la liturgia judaíca. Los esenios o miembros de la secta de Qumran rechazaron el templo como el lugar de su adoración religiosa. Jesús mismo vio el templo como algo secundario en relación con la verdadera adoración a Dios. (Juan 4:24).
El “Templo” en griego “naos” es el lugar especial para adorar a Dios y donde se espera que su presencia sea manifestada. La Nueva Jerusalén no necesita templo, porque la presencia de Dios estará en toda la ciudad. Podemos llamar a esta ciudad la ciudad-templo. En esta ciudad eterna jamás faltará o disminuirá la relación de la presencia divina. El “SHEKINA” invadirá cualquier rincón de la ciudad espacial.
LA NUEVA ILUMINACION
Juan resalta el hecho de que la luz solar o lunática no serán responsables por la iluminación de la Nueva Jerusalén. Es una ciudad con luz propia (Isaías 60:19). Esa luz tiene su fuente en la deidad (Juan 8:12). Los creyentes andamos en luz, pero en la ciudad-templo andaremos bajo la inaccesible y gloriosa luz del Dios-trino.
La población mundial, durante la eternidad, no se circunscribirá a la Nueva Jerusalén, sino a todo el nuevo planeta tierra. En la ciudad de oro habitarán los israelitas, los santos del Antiguo Testamento y la Iglesia. En los contornos de la Nueva Jerusalén habrá naciones que no perderán su distintivo nacional. Estas naciones serán las ovejas de Mateo 25:31-46.
En un sentido literal y figurativo, la Nueva Jerusalén será luz para las naciones gentiles que Dios, en su soberano propósito, les permitirá organizarse como pueblos eternos. Por lo tanto, ellos construirán sus ciudades donde habitarán. Pero la Jerusalén eterna será el centro de la adoración para la humanidad en general. Tanto los habitantes de la ciudad-templo como las naciones (en griego “ethnos”) mencionadas por Juan tendrán cuerpos glorificados.
Las puertas de perlas jamás serán cerradas. Los redimidos vivirán en un eterno día. Allí no habrá noche para dormir. La luz echará fuera las tinieblas para siempre.
El hombre siempre le ha temido a la oscuridad. El caminar de noche en sitio oscuros eriza los pelos a muchos. En la eternidad, Dios será luz de todos los redimidos. La Nueva Jerusalén estará alumbrada siempre y por todos los Siglos sempiternos.
Las naciones gentiles de la eternidad tendrán libre acceso a la Nueva Jerusalén . Allí vendrán a adorar al Dios que es trino. Esto me hace reflexionar que ahora muchas de las naciones pueden traer “la gloria y la honra” al reino de Dios. Llegará el día cuando todas las naciones tendrán que darle el lugar que corresponde a Dios. No simplemente escribir su nombre o “en Dios confiamos” (“In God we Trust”), sino volver a Dios en arrepentimiento nacional, como hizo Nínive.
Sólo el pecador arrepentido será aceptado. El Señor Jesucristo es la garantía de entrada. Esa decisión por estar en la Ciudad de Oro tiene que hacerse ahora para los que vivimos en esta generación.
MEDIDAS DE LA NUEVA JERUSALEN
El ángel que hablaba con Juan tenía una caña de medir para medir la ciudad. La forma geométrica de la ciudad es de un CUBO PERFECTO, con una misma medida de LARGO, de ANCHO y de ALTO, y con 6 LADOS exactamente iguales. La medida por cada lado, y de alto es “doce mil (12,000) estadios”. Esto equivale a dos mil cuatrocientos (2,400) kilómetros, o mil quinientos (1,500) millas. Esto representa más de la mitad de la superficie de los Estados Unidoss de América, parte de México y del Golfo de México, más el espacio de la altura de la ciudad, o sea, de mil cuatrocientos (1,400) kilómetros hacia arriba.
Toda la superficie de la luna es de nueve millones, trescientos ochenta mil, setecientos sesenta y siete (9,380,767) kilómetros cuadrados. El área disponible de la Nueva Jerusalén (es un CUBO PERFECTO), es de trece billones, ochocientos veinticuatro millones (13,824,000.000) de kilómetros cúbicos. Si estos kilómetros cúbicos se convierten en kilómetros cuadrados lineales, y repitiendo una medida sobre otra, hasta llegar a la altura de dos mil cuatrocientos (2,400) kilómetros, la superficie de la luna cabría mil cuatrocientos setenta y tres (1,473) veces en la superficie de la Nueva Jerusalén, repetida la medida, una al lado de la otra, ésto es, en forma lineal. Si se aplica la misma operación a la tierra, su superficie cabría ciento nueve (109) veces en el área lineal de la Nueva Jerusalén.
El ángel también midió su Muro, ciento cuarenta y cuatro (144) codos, de medida de hombre, la cual es de ángel. La medida de un codo partía del codo del hombre hasta la punta del dedo del medio; un promedio de cincuenta (50) centímetros, o dieciocho(18) pulgadas. Ciento cuarenta y cuatro (144) codos equivale, pués, a setenta (70) metros, o doscientos treinta (230) pies.
CIUDAD NUEVA
(Apocalipsi 21:2-27)
La nueva ciudad sobre la cual se habla será la nueva capital en el eterno reino de Dios, en la Nueva Tierra y la Nueva Jerusalén. (Apocalipsiss 21:2). Fuera de ésta sin duda habrán otras ciudades y aldeas, las cuales serán construidas por los habitantes de la nueva tierra. Pero esta ciudad, es decir, la Nueva Jerusalén, será construida por el mismo Dios (Hebreos 11:10). Será ésta una ciudad maravillosa y excepcionalmente hermosa, la cual será comparada con una esposa ataviada para su marido (Apocalipsis 21:2,9,10). La ciudad será construida sobre una montaña en forma de cono, en el lugar de Jerusalén, según piensan los antiguos. Precisamente porque la ciudad será construida sobre un monte, será igual de alta como de ancha. Ya que es difícil imaginar que una ciudad tenga rascacielos tan elevados como lo son su anchura y longitud. (Apocalipsis 21:16). Tanto más si se tiene en cuenta que la ciudad será inmensamente grande. Tendrá 12,000 estadios. El estadio es la medida griega y equivale a 225 yardas (180 metros). De manera que la ciudad tendría 2,000 kilómetros; lo único es que no sabemos cómo interpretar esos kilómetros. Si se trata de 2,000 kilómetros cuadrados o de longitud. Si aceptamos como kilómetros cuadrados, en tal caso la ciudad mediría 400 kilómetros de longitud y otro tanto de anchura. Mientras que si la ciudad tendría 2,000 kilómetros en su alrededor, la longitud y anchura tendría c/u 500 kilómetros. De cualquier manera esa ciudad será inmensamente grande, sin necesidad de contar con rascacielos de 400 kilómetros de altura. Queda claro que la ciudad será tan alta debido únicamente porque será construida sobre un gran monte.
En esta Jerusalén se hace mención del “Monte de Sion” (Hebreos 12:22).
El Muro alrededor de la ciudad será elevado unos 60 metros (Apocalipsis 21:17). Todo el material de construcción, tanto de la ciudad misma como del Muro, será “Oro y Piedras Preciosas” (Apocalipsis 21:18-21). En la ciudad no habrá templos ni tampoco habrá religión alguna. La comunión sin intermediario con el Dios Padre y el Hijo, para los hombres reemplazará los templos y las religiones (Apocalipsis 21:22). La ciudad tampoco tendrá necesidad de iluminación alguna, ya que el mismo Señor será su lumbrera (Apocalipsis 21:23).
Sus habitantes serán los SANTOS, tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento, quienes en conjunto, forman la iglesia, la ESPOSA DE CRISTO (Apoc. 21:2-4; 9, 10, 12-14). Hay indicios de que los santos de Israel tendrán sus habitaciones en las proximidadess de los Muros, como “guardas de Sion”, lo que se sugiere por los nombres de las Tribus de Israel en las puertas del Muro (Apoc. 21:12). Esas puertas nunca se cerrarán, no obstante, nada inmundo entrará allí, ya que entonces no habrá inmundos en la Tierra Nueva (Apocalipsis 21:25,27).