“NO todos son nuestros Amigos, eso fue lo que me dijo mi Madre un día cuando me pidió dejar las Malas Compañías. Hoy después de muchísimos años, puedo ver cuánta verdad había en lo que decía. Cuando me lo dijo no lo entendía, por muchas razones, siendo la mayor de ellas que tenía un concepto equivocado de lo que es la Amistad.
No siempre es nuestro Amigo aquel que anda con nosotros sin contradecirnos en nuestros Hechos y Palabras, aun cuando éstos sean malos; no son nuestros Amigos aquellos que nos conducen por Caminos Indecorosos. Es una lástima que en muchísimas ocasiones nos convencemos de esto demasiado tarde.
Me contaron el otro día lo que le pasó a uno de mis Vecinos con su Hijo. El joven empezó a visitar lugares donde se daban cita Delincuentes Y Viciosos. Muy pronto asimiló las Costumbres, el Hábito y el Negocio de ellos.
Un día lo capturaron con una carga de Estupefacientes, pues se había dedicado al Contrabando. Su Padre lo Reprendía, lo Aconsejaba, lo Amonestaba, pero no podía hacer nada más.
Las palabras de su Hijo eran siempre las mismas: “déjame vivir mi vida, viva usted como quiera”.
En la cárcel lo visitó su Padre. La Sentencia había sido muchísimos años tras las rejas. Cuando saliera de allí, ya sería un hombre viejo sin más recursos que sus propias fuerzas. La vida le iba a ser difícil.
Profundamente amargado le dijo a su Padre: “Estoy aquí porque me Traicionaron mis amigos”.
La respuesta del Padre fue acertada, “No Hijo, Ellos Nunca Lo Fueron”.
Las Riquezas Traen Muchos Amigos; Mas El Pobre Es Apartado De Su Amigo.
(Proverbios 19:4)