La televisión es mi pastor; nada me faltará.
En delicados sillones me hará descansar; me desviará de la Fé; destruirá mi Alma.
Me guiará por sendas de sexo y violencia por amor al patrocinador.
Aunque ande en valle de sombra de mis responsabilidades cristianas, no temeré interrupción alguna, porque la televisión está conmigo.
Sus colores y control remoto me infundirán aliento.
Aderezas comerciales delante de mí en presencia de mi mundanalidad.
Unges mi cabeza con humanismo y materialismo; mi codicia está rebosando.
Ciertamente la flojera y la ignorancia me guiarán todos los días de mi vida; y en mi casa mirando televisión moraré por largos días.
{La Televisión es la Caja de los Tontos} No pondre delante de mis ojos cosa injusta. Salmo 101:3